sábado, 28 de junio de 2014

Novela: "Mi mundo... Él" «Capitulo V»

Apoyé mi espalda en la pared y la deslicé por ella hasta encontrar el suelo. Me tapé la cara con las manos, llorando en silencio, mientras por mi cabeza pasaba cada momento de esa tarde. Estuve así durante un rato, hasta que oí que mis padres abrían la puerta de casa, no quería que me vieran así y menos tener que decir el por qué estaba así, por lo que me levanté mientras secaba las lágrimas de mis mejillas.

---NIL---
 
Permanecí mirando su ventana un par de segundos mas mientras me arrepentía de la apuesta que hice

·Recuerdo·

-Si que te llevas bien con esa chica eh - Dijo Gerard mirando a Mireia, cambió la mirada hacia mí sonriendo.
-Bueno, normal.. - Le mire sin saber por qué lo decía.
-¿Te gusta? -Dijo riendo, los demás le acompañaron riendo también. Me quedé sin decir nada, la miré hasta que Joan me dio un codazo suave.
-¿Qué? No, que dices, a mí no me gusta.
-Pues dicen dicen que ella a ti si- Sonrió- 
 -Si dices que no te gusta, hagamos una apuesta, no eres capaz de besarla, y al día siguiente le dices que no quieres nada con ella- Dijo Pau entrando en la conversación. Después que negarme un rato ha hacerlo, acabé aceptando.

Toco el timbre y volví a clase con Joan. 

-Te arrepentirás de esa apuesta Nil.- Dijo mientras se sentaba en su silla.

·Recuerdo·

Sabía que no querría verme, así que fui hacia mi casa.- Tenía que haber hecho caso a Joan.. - Susurré caminando.

Algunas chicas de clase ya me habían dicho que me quería, como nunca se me había acercado a hablar conmigo y apartaba la vista cuando me veía por el instituto, no lo creí. Pero cuando me senté a su lado el primer día, vi lo tímida que era, seguramente por eso no me miraba o no me hablaba, si era así, le habría dolido oírnos.
Entré en mi casa, después de saludar a mi madre y a mi hermana, que estaban en el salón, subí a mi habitación y me eché en la cama mirando al techo mientras seguía pensando.

---MIREIA---

Durante el viernes y el fin de semana no hablé mas con Nil. Me envió algunos WhatsApp pero no respondí a ninguno.

El domingo por la tarde salí a pasear con la bicicleta, fui hacia un parque algo retirado de mi casa, era el más bonito de Girona, tiene unos jardines y unas fuentes preciosas. Cuando llegué me paré ha hacer una foto, saqué el móvil y enfoqué hacia una de las fuentes cuando unas manos taparon mis ojos, intente girarme pero la persona que no me dejaba ver, tampoco me dejaba que me girase.

-Ahora si que no me vas a poder ignorar.- Dijo algo divertido. Sonreí al escuchar su voz, pero deje de hacerlo rápidamente y me puse un poco seria.
-Nil, dejame.- Él retiro sus manos y se puso delante mía, poniendo sus manos en el manillar mientras me miraba a los ojos. Empecé a ponerme nerviosa, siempre me ha puesto nerviosa que me miren tan fijamente a los ojos.
-No quería hacerlo, ya sabes como son, perdóname...-Sus ojos reflejaban verdad, me quede unos segundos callada.
-¿Y si esto es otra de vuestras estúpidas apuestas?- No aguantaba más así, no me gutaba estar enfadada con la gente, y menos con él.
-No, esto no es ninguna apuesta, seguramente ya se han olvidado de todo esto.- Sonrío.
-Seguro.- Sonreí un poco.- Bueno, ya nos vemos...
-¿No te apetece dar un paseo?
-Pero yo tengo bici y tu...
-Baja.- Sonrió, no sabía para que quería que me bajara pero bajé, le mire esperando que dijera lo que iba a hacer y el se montó en la bicicleta. 
-¿Y ahora?.- Le miré arqueando una ceja.
-Siéntate en el manillar.- Sonrió divertido.

Tras un rato negándome, consiguió convencerme, aunque seguía estando insegura ya que la ultima vez que me subí al manillar de la bici de mi amiga acabé con un esguince en la muñeca.

Después de unos cuantos intentos de caerme, conseguimos mantener el equilibrio.

lunes, 9 de junio de 2014

Novela: "Mi mundo... Él" «Capitulo IV»

Con los ojos cerrados, todavía apoyada en la puerta, noté que alguien introducía la llave en la cerradura para abrir, realmente no sabía cuanto tiempo llevaba allí. Me retire de ella y vi entrar a mi hermano, venia todo sudado después de haber entrenado al fútbol.
   
    Oriol: ¿Qué haces ahí parada? - Dijo soltando la bolsa del fútbol en la entrada-

Oriol era mi hermano, tenía trece años, pelo rizado, castaño claro y no muy alto. Su pasión era el fútbol y la consola, como la mayoría de los chicos de su edad.

    Yo: Vete a duchar, que ya mismo llegará papá y mamá. -Decidí no responder a su pregunta y recogí los libros, subí a mi cuarto.

Solté los libros en el escritorio y cerré la puerta. Cogí el móvil y leí los mensajes que me había enviado Nil antes de venir a casa, sonreí.
Mientras lo hacia escuche la puerta abrirse, seguramente serían mis padres, así que me deje el móvil y me senté en el escritorio. Cogí unos apuntes e hice que estudiaba cuando oí que los pasos se acercaban a mi habitación.

Mis padres eran simpáticos y divertidos en algunos momentos, pero un poco estrictos con los estudios.

Mi madre volvió a salir de la habitación tras darme un beso y preguntarme si había estudiado.

Después de la cena me fuí a mi habitación a leer un libro, y mas tarde me dormí.

Las siguientes semanas fueron geniales. Mi amistad con Nil crecía un poco mas cada día. Una tarde de sábado cuando salí a pasear con la bici, me lo encontré y tras hablar un rato con el me dijo que si le acompañaba a su casa a por su bici, e íbamos a pasear los dos. Yo, claro, acepte. Y durante el paseo nos cruzamos con un grupo de chicas donde había chicas de nuestra clase. Al lunes siguiente, todas me preguntaban que había pasado, fue un momento divertido.

Un jueves, Nil estaba distinto, lo notaba raro. Cuando salimos de clase, me invitó a tomar un helado por la tarde, le dije que le diría si me dejaban mis padres le mandaría un mensaje.

Después pedirle por favor a mis padres muchas veces, me dejaron y le envié el mensaje a Nil.

Comí e hice los deberes rapido, despues me vestí con unos pantalones cortos de tiro alto y una camisa camiseta metida por dentro de los pantalones. Salí de casa despues de peinarme y esperé a que llegara Nil.

No pasaron mas de tres minutos cuando llego Nil, nos saludamos dándonos dos besos en la mejilla. Y fuimos a la heladería charlando, pero él seguía raro, como si estubiera nervioso.
Estuvo así durante toda la tarde, aunque pasamos una tarde divertida.

Cuando fue la hora de volver a casa, insistió en acompañarme a casa. Asentí y caminamos a casa.

Llegamos y le empecé a notar cada vez mas nervioso. Cuando me fui a despedir de él dándole dos besos en la mejilla, como de costumbre, el no lo hizo. Cuando quise darme cuenta nuestros labios ya estaban juntos. Después de un beso largo, él separo un poco su cabeza, y seguidamente su cuerpo, de mi; yo también lo hice cuando note que el se estaba separando. Sonrió un poco y nos despedimos, entré en casa sonriendo y subí a mi habitación.

Poco duraría mi felicidad.

Cuando entre cerré la puerta. Oí risas debajo de mi ventana, no presté atención hasta que escuche voces de chicos de mi clase, amigos de Nil. La curiosidad me ganó y me acerque a la ventana. Vi a Nil, con su grupo de amigos, había chicos que no me caían nada bien, primero pensé que habría quedado ahí despues de estar conmigo. En dos segundos cambie de opinión.

    Chico 1: ¿Y habéis visto la cara de tonta que ha puesto? -Ríen-
 
    Chico 2: !Ya verás cuando se enteré de que no quieres nada con ella, que solo era una apuesta¡ -Siguieron riendo, entre ellos Nil, aunque reía de una forma distinta a como lo hacia normalmente, no me importaba eso-

Cerré la ventana demasiado fuerte mientras me caían lágrimas, esto hizo que ellos dejaran de reír y miraran hacia arriba.

    Chico 3: Mira, ya se ha enterado, creo -Rieron y empezaron a caminar-

Nil se quedo quieto mirando hacia la ventana.

    Nil: Mierda... -Susurro-